Me pregunto si el presidente García recuerda como le llamaban a los apristas de los años 30 del siglo XX: terroristas, también les decían. Ahora amenaza con ingresar a las universidades con militares, policías y demás. Seguir hablando de este tema solo nos llevaría a seguirle el juego a los medios fieles que recurren al terror para intentar distraer a la población de otros hechos relevantes: El Paro de la Oroya y el caso Doe Run, producto de las políticas energéticas y ambientales del estado peruano en los últimos años; el paro regional del Sur, mas de lo anterior; Odebrecht y el proyecto de Olmos, otro faenon que aun no queda claro del todo, pero donde parece que otra vez lxs peruanos perdimos.
Terrorismo
Hace una semana estuve en Huamanga, Ayacucho. Para los que no saben allí a principios de los 80’s del siglo XX se desato la guerra que emprendió el Partido Comunista del Peru – Sendero Luminoso (PCP-SL). Visite varios locales de la universidad de Huamanga y la facultad donde enseño Abimael Guzmán (AG), el líder de aquella agrupación cobarde. ¿Por qué es un grupo cobarde? Veamos: secuestros de civiles, asesinatos selectivos de lideres de comunidades, asesinatos de comunidades campesinas enteras, y la lista oprobiosa continua. Las palabras quedan cortas, y si creen que esto solo lo hicieron los mal llamados ‘terrucos’ del PCP-SL, pues el Ejercito del Perú, no se quedo atrás y le siguió los pasos en esa vorágine de violencia. Ambos decían “luchar por el pueblo”.
Visite el museo de la memoria de ANFASEP. Durante dos horas contemple testimonios graficos, prendas de las personas desaparecidas por lxs terroristas, entre otras cosas. En un parte del museo hay un oleo donde aparecen dos figuras de colores verdes y rojos respectivamente coronados por unas calaveras. El oleo rojo esta marcada por pequeñas hoces y martillos, representado a SL, el verde esta dirigido para nuestras patrióticas fuerzas armadas. Esta escena me hacia recordar las cifras de la CVR. El primer lugar y el segundo lugar en cuanto crímenes durante la guerra interna se lo llevaba PCP-SL y el estado respectivamente.
Aquel día vi una placa dorada en la univ. de Huamanga, estaba en homenaje a los fundadores de la universidad, me sorprendió ver el nombre de AG en ella. Mas tarde en el museo pregunte por la placa a una dirigente de ANFASEP, me comento que esa era la segunda replica de la placa. La primera había sido destruida a ‘combazos’ por los estudiantes.
En San Marcos, los manifestantes que exigían la liberación de AG fueron repelidos por los estudiantes de Letras.
Al ver la noticia en la web de peru21.com observe cientos de comentarios en contra de aquella manifestación, unos mas intolerantes que otros. Conversando con amigas me decían que repudiaban pedir la liberación de Abimael, sin embargo hay muchos otros que han sido condenados injustamente. Rocio Silva grafica mejor en su columna dominical esos prejuicios que llevaron a muchos inocentes a la prisión y a la muerte en algunos casos.
Queda claro que las ideas de SL no son tomadas bien por casi nadie. Son otros tiempos me decían, además SL demostró ser todo lo contrario de lo que deseaba la población. No entiendo como alguien puede querer la liberación de una persona que envió a sus compañeros a la muerte, y decidió matanzas desde su cómoda residencia en Lima, si alguna vez existieron revolucionarios, AG nunca estuvo dentro de ellos.
El país ha mejorado tanto, es decir, vamos en el 30% de pobreza, un crecimiento económico como el país Chino, caray nos va de putamadre, casi casi el primer mundo. Ah, lo olvide, todas esas son cifras maquilladas por el gobierno aprista. Veo la represión del estado cuando hay manifestaciones, veo la basura que da la televisión, diarios, etc; es cierto que los sujetos tienen poder de agencia y decisión, pero ¿con que actitud critica pueden elegir con la clase de educación que reciben lxs ciudadanos?, ahora lanzo una pregunta: ¿quienes piensan que son los terroristas?
Me voy a jugar en la PC
“Ni olvido, ni perdón” se gritaba en las marchas contra los crímenes de Derechos Humanos, cometidos durante la época de violencia política. Es patente que muchos no han olvidado el daño que nos causo la guerra, por algo somos una sociedad post conflicto. Las heridas no cierran, tampoco los abismos sociales de desigualdad que dividen la sociedad peruana. Quizás nos olvidemos de ello, al pasear por las urbes de nuestro país, que están “relativamente” bien integradas al mercado, aunque en este ultimo casos “la procesión se lleve por dentro”. Esos lugares que los turistas no ven en los mapas, son esos lugares que el estado tampoco ve, ni las empresas multinacionales que controlan esta república empresarial. Yo se a quien les asusta y tratan de azuzar el temor del resurgimiento del terrorismo, les asusta a los patrones de turno, aquellos que con poderosos lobbies dominan nuestros destinos. Nos lanzan cortinas de humo, para intentar confundirnos, que olvidemos sus crímenes, sus latrocinios, y demás perversidades (Aquí dicen presente: Fujimori, APRA, PCP-SL). Echan al pueblo contra el pueblo para que se peleen, como sucedió en Bagua, mientras ellxs se rien de nuestra frágil institucionalidad democrática, producto de una herencia colonial de la cual debemos terminar de sacudirnos.
Algunos creen que la democracia liberal y el avance del mercado nos ayudaran. Quiero decirles a ellos y ellas que esa democracia liberal ha demostrado ser un proyecto fallido, tanto como el comunismo autoritario. Creo que todo tipo de proyecto moderno y peor aun autoritario esta condenado al fracaso. Necesitamos construir nuestros propios proyectos políticos, sociales, culturales, dejar de lloriquear por lo que nunca seremos: ni la Union Europea, ni EEUU, dejar de creer en el cuento de que somos subdesarrollados, dejar de ser colonizados y emanciparnos para curar esos abismos sociales. Eso significa enviar por un tubo a Hayeck, von Misses, Friedman, y una enorme lista de liberales y neoliberales, también significa dejar descansar en paz al viejo Marx y a nuestro respetable Mariátegui. Decir adiós, no significa olvidar, pero si nos da márgenes para hacer nuestras vidas con proyectos plurales, diversos y necesariamente radicales. De lo contrario SL en las elecciones presidenciales será lo último de lo que tengamos que preocuparnos en el futuro. Believe me.